jueves, 3 de marzo de 2011

Mark Webb filma una ópera prima fresca, original y llena de simpatía

El director sabe explotar su experiencia con videoclips y no duda en apoyar gran parte del peso de la película en el apartado musical. El resultado es cuanto menos notable.


Tom (Gordon-Lewit) se enamora perdidamente de Summer (Zooey Deschanel) pero esta no cree que Tom sea el amor de su vida. Historia que habla de las relaciones, del amor y del desamor y de cómo salir de este último cuando se cree que todo está perdido.

La película tiene un planteamiento muy original, utiliza con inteligencia los recursos de flashbacks y flashforwards que son aprovechados gracias a un excelente montaje. Buena música y muy apropiadas canciones, especialmente The Smiths. Divertidísima y cómica parte la del musical con la canción “You make my dreams”.


Quizás el único pecado punible a esta película pueda ser el cierto maniqueísmo que hay entre los dos personajes principales Summer y Tom.

Se incluyen varias referencias cinéfilas, como por ejemplo a Truffaut y al “Séptimo sello” de Ingmar Bergman pero en este lugar el protagonista está jugando al ajedrez contra Cupido en lugar de contra la Muerte.

La película viene a confirmarnos que es posible hacer comedia romántica sin usar clichés repetidos infinidad de veces y dando un planteamiento distinto a lo que estamos acostumbrados.

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