martes, 7 de diciembre de 2010

Buried

Cortés se gradúa con una genial pieza de suspense

Paul Conroy (Ryan Reynolds), padre de familia y contratista civil en Irak, es secuestrado y despierta enterrado vivo en un viejo ataúd de madera, teniendo en su poder únicamente un mechero y un teléfono móvil. Este teléfono móvil será su única vía de comunicación con el exterior pero el tiempo corre en su contra, en 90 minutos se quedará sin oxígeno.

Rodrigo Cortés después de sorprender a propios y a extraños con su opera prima, la notable y original Concursante nos trae otra apuesta más arriesgada todavía, incluso se le podría llamar cine experimental. De Buried se han dicho muchas cosas, incluso algunas barbaridades. A Rodrigo Cortés le han llegado a comparar con Hitchcock. Después de verla me ha sorprendido que todos los elogios estuvieran totalmente justificados. Una grandísima noticia esta película que nos viene a confirmar a Cortés como parte del futuro prometedor del cine patrio junto a gente como Nacho Vigalondo y Daniel Sánchez Arévalo.

Cortés tiene lo que hay que tener. Sin duda el proyecto era muy arriesgado. Una película entera rodada en el interior de un ataúd, solo un actor en pantalla durante el transcurso de toda la película y sin embargo los 93 minutos que dura la misma se pasan volando. De esto tiene culpa en gran parte Chris Sparling y su guión milimétricamente estudiado, aunque algunas veces pueda resultar un poco tramposo. Sin embargo pese a lo reducido del escenario el guión toca muchos palos y da que pensar al espectador.

También hay que destacar el trabajo de Ryan Reynolds que aporta credibilidad a la historia con una interpretación tan creíble que nos hace sentir a los espectadores en el interior del ataúd.

En definitiva Buried es una película que no te deja respirar, no apta para claustrofóbicos ni para cardiacos. Una vez te atrapa te mantendrá con los ojos abiertos como platos y la espalda separada del respaldo. Sin duda Cortés hace un excelente uso del suspense y sabe cómo ir dando poco a poco las dosis de información para enganchar al espectador a una historia que como en las buenas películas se va descubriendo paulatinamente con el transcurso de la película llegando al clímax en una escena final que nos deja literalmente sin aliento.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Paranormal activity - Éxito en taquilla de una película vacía

Oren Peli dirige y escribe esta película de bajísimo presupuesto (poco más de 10.000 dólares) que posteriormente arrasaría en taquilla llegando a recaudar 100 millones de dólares.

Una joven pareja feliz de clase media es atormentada por un espíritu demoníaco. Micah y Katie son una pareja de jóvenes de vida normal. Todo va bien hasta que un día el espíritu empieza a manifestarse en la casa.

Los pocos medios debidos al escaso presupuesto de la cinta acaban siendo algo positivo ya que añade un toque de realismo y cotidianidad que nos acerca a los personajes y a sus situaciones. Esa cercanía acentúa el miedo ya que nos hace ponernos en el lugar de los personajes.

El guión es un tanto ramplón y lleno de clichés. Hay momentos de tensión que están realmente conseguidos, sin que pase nada nos tiene expectantes pegados a la pantalla. Pero el guión entorpece muchísimo especialmente cuando cae en la reiteración.

La película tiene una originalidad nula, grabada al estilo de El Proyecto de la Bruja de Blair y cogiendo prestados recursos de otras películas del género. Coger un montón de tópicos del cine de terror barajarlos y ponerlos de cualquier manera no da lugar para hacer una buena película aunque el resultado sea más que aceptable sobre todo si tenemos en cuenta el ínfimo presupuesto con el que contaban para la cinta.

sábado, 31 de julio de 2010

Pixar, hasta el infinito y más allá

No es tarea fácil cerrar una trilogía. Para empezar se ha de ser consecuente con las anteriores películas. Además está saga había dejado el listón muy alto con dos grandísimas películas. Lee Unkrich (Buscando a Nemo, Monstruos S.A.) consigue cerrar la trilogía Toy Story de una manera sobresaliente a cargo de un guión de Michael Arndt quien ya ganaría un Oscar con Pequeña Miss Sunshine al mejor guión original y a quien si la academia es justa también debería premiarle por escribir esta auténtica joya.


Cada uno de los juguetes –los viejos y los nuevos - está cuidado con mucho esmero. Los juguetes sienten y hacen sentir al espectador. Están más vivos que la mayoría de los personajes de las películas que semana tras semana asaltan nuestra cartelera para después ser olvidados sin pena ni gloria. Aquí los personajes son de verdad aunque no sean de carne y hueso, aunque sean juguetes, aunque sea cine de animación y evocan ternura, rabia, tristeza, nostalgia, alegría y un sinfín más de sensaciones. Woody ese vaquero con una lealtad absoluta, Buzz el astronauta más valiente de todos los tiempos, Rex el dinosaurio más asustadizo, el casi siempre malhumorado señor Patata . Todos estos personajes y muchos más forman un elenco envidiable para cualquier película y pasarán a la historia del cine como unos de los mejores personajes de película.

Los escenarios nuevos son sencillamente geniales. La guardería de Sunnyside es una auténtica maravilla llena de colorido y un vital dinamismo. La guardería se mueve, está viva como formando parte de un todo. El paraíso en el que todo juguete querría acabar – o quizás no. La música de Randy Newman es parte importante de la película. Como no podía ser de otra manera, Pixar regala un elegante y gracioso homenaje al admirado – imagino que también por ellos – Hayao Miyazaki con la aparición de uno de sus más entrañables personajes que no es otro que Totoro. Hilarante es sin duda el momento que protagonizan dos de los personajes secundarios: Ken y Barbie aunque no es el único momento cómico de la película ni mucho menos. La película termina con un grandísimo final épico que nos levanta a todos de nuestros asientos.
Divertidísimo es también el guiño al lenguaje español que se hace en el último tramo de la película que culminará en la parte final con el tema de los Gipsy Kings hay un amigo en mi.


La película combina varios géneros con una elegancia pasmosa. Lo mismo se presenta una escena de acción trepidante que nos recuerdan a las viejas películas de aventuras, como nos envuelve con momentos de ternura y nostalgia, o nos regala momentos de comicidad desternillante. Será por eso que después de los créditos de la película se pueden encontrar en la sala de cine abandonados suspiros, lágrimas, carcajadas, y sobre todo podemos encontrar alegría y pena. La alegría de haber disfrutado como un niño de una de las mejores películas de los últimos años y la pena de pensar en el tiempo que tendrá que pasar para que nos volvamos a encontrar con otra gran película como esta.